Luis Enrique podrá decidir si se va, pero ni con el triplete Messi querrá que siga

«Yo siempre decido mi futuro», dijo Luis Enrique con su habitual tono desafiante, a la vez que enigmático, la víspera de ganar su primer título como entrenador del FC Barcelona. «Pero suelo hacerlo a final de temporada», añadió el técnico asturiano para darse más importancia, aunque importante de verdad lo será si culmina la temporada con otros dos títulos que unir al conquistado en el Calderón con una jornada de sobra y tras derrotar precisamente al vigente campeón de Liga, el Atlético de Madrid (0-1), como los rojiblancos hicieron hace un año en el Camp Nou. En circunstancias normales, y en el Barça hace tiempo que no lo son, nadie dudaría de que Luis Enrique cumpliría el segundo año de contrato que firmó, ni extrañaría que incluso ya habría recibido una oferta para ampliarlo. Si no se sabe quién será el presidente del Barça a partir de este verano, como para tener claro quién será su entrenador, si bien en el caso de Lucho el problema ni siquiera es ese, sino uno mucho más complejo.

Luis Enrique podrá decidir si se va, pero ni con el triplete Messi querrá que siga

Lo contamos en El Confidencial, pero no está de más volver a recordarlo ahora que el éxito puede invitar a pensar que aquello en realidad no pasó. Tras la derrota de Anoeta (1-0), un partido en el que Messi y Neymar empezaron en el banquillo, llegó el desplante del argentino. Una presunta gastroenteritis, una llamativa ausencia del entrenamiento y el enfrentamiento entre el técnico y la estrella se hizo público, aunque para entonces ya fuera notorio. El presidente, Josep Maria Bartomeu, le dio un ultimátum a Luis Enrique: «En el Barça juegan Messi y otros diez que tú decidas», le dijo en una reunión de emergencia. El técnico, más que el guante de Bartomeu, recogió y aceptó el guantazo de Leo, quien de este modo volvió a demostrar quién manda en Can Barça.

Luis Enrique y Messi, durante un entrenamiento del FC Barcelona (Efe)

El Barça de Messi nació tras el 1-0 de Anoeta

La catarsis en el vestuario azulgrana fue absoluta. Desde entonces Messi no se ha perdido ni un solo minuto, tras una intrascendente eliminatoria de Copa, y el técnico ha hecho todo lo posible por contentarle a la hora de completar el resto del once inicial. La relación del crack con su entrenador es de conveniencia y, dados los resultados, de momento campeones de Liga y finalistas de Copa y Champions, no les va nada mal. Sin embargo, desde el entorno más cercano del argentino, y en especial su propio padre, Jorge, siguen poniendo como condición para que Leo siga la próxima temporada en el Barça que Luis Enrique no lo haga.

La relación parece irreconciliable y sólo la intermediación de un reelegido y por tanto fortalecido Bartomeu quizás pudiera mantenerla, al menos otra temporada más. Otra cosa es que Lucho quiera seguir en esas condiciones, algo que por sus declaraciones parece indicar que no. El asturiano tiene en su contra nada menos que al tridente que Messi completa con sus inseparables Neymar y Luis Suárez. El Barça juega para ellos y ellos para un Barça en el que el papel del entrenador se ha convertido en secundario.

Pep Guardiola y Luis Enrique (Efe)

Pep Guardiola ya tuvo que aguantar lo suyo

Esta es la tercera etapa de Luis Enrique en el FC Barcelona, después de formar parte como jugador durante ocho temporadas, desde la 1996-1997 hasta la 2003-2004, y otras tres como entrenador del filial, de 2008 a 2011. Como jugador defendió la camiseta del Barça en 300 partidos y marcó 109 goles. Como entrenador del Barça B, tomó las riendas del filial azulgrana y en su segunda temporada logró el ascenso a Segunda. Como técnico del primer equipo ya ha ganado la Liga y aún puede sumar dos títulos más, el 30 de mayo ante el Athletic en el Camp Nou y una semana después, el 6 de junio, ante la Juve en Berlín.

Cuentan quienes vivieron en primera semana la exitosa etapa de Pep Guardiola en el banquillo del Camp Nou que Messi también le echó numerosos pulsos al ahora técnico del Bayern. Incluso, algunos que es posible que Luis Enrique no hubiera aguantado lo que aguantó Pep. De hecho, este fue uno de los motivos por los que Guardiola decidió que su etapa en el Barça había terminado y veremos si no es precisamente lo mismo que pasa con el asturiano, aunque en su primera temporada. «Yo siempre decido mi futuro», afirmó Luis Enrique. ‘Pa chulo, yo’, pareció estar diciendo. Aunque él podrá decidir marcharse, veremos si alguien más chulo que él no acaba decidiendo que se marche o, al menos, poniéndolo como condición para no irse él.

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