El problema de la agresión tiene su origen en la cosificación de la mujer

El patrón estructural arraigado, ver a la mujer como un objeto y la falta de políticas públicas son algunos de los factores que inciden en la permanencia de prácticas machistas en el país.

Las causas del patrón estructural son varias: en el hogar, por ejemplo, el hombre es considerado el protector y dueño de la familia.

La psiquiatra Mónica Mosquera explica que regularmente es resaltada la supremacía de él sobre ella. “Ancestralmente la mujer ha sido vista como algo que se puede tener o comprar”.

En los hogares, los niños y las niñas aún son educados con enfoques diferenciados.

Para Vivianne Almeida, activista del Plan Internacional Ecuador, situaciones de ese tipo alimentan las inequidades de género. Eso significa -asegura- que el hombre asimila temprano esos comportamientos y conductas de supremacía de lo masculino sobre lo femenino. “El niño no nace machista, lo aprende”, sentencia la también abogada. Eso está arraigado desde el núcleo familiar.

Un catalizador del problema en Guayaquil es la unidad para combatir la violencia contra las mujeres Amiga, ya no estás sola. Las mujeres llaman al número telefónico 1800-112112 para denunciar los casos de violencia doméstica. Desde 2017 ha recibido 1.300 usuarias.

Gina Galeano, coordinadora, expresa que adultas y adolescentes experimentan las mismas situaciones. Las víctimas -según sus testimonios- creen que es normal que les peguen y que tengan poder sobre ellas. “El femicidio es la consecuencia del machismo”, concluye la promotora del programa.

Los especialistas en temas de género identifican como una falencia las políticas públicas del país. Como ejemplo -cita Silvia Buendía, abogada y activista-, está el caso de una propuesta sobre nuevas masculinidades en el pénsum de estudios, cuyo fin era educar acerca de la diferencia de roles. Sin embargo, aquello no prosperó.

“Los patrones solo pueden erradicarse con otras formas de entender las masculinidades”, opina Buendía.

Según la opinión de los psiquiatras, los niños con padres y abuelos que vivieron en un entorno violento pueden replicar esos modelos.

Por ello, Mosquera plantea que lo que ocurre dé pie para considerarlo un tema de salud pública. “Si alguien está intoxicado emocionalmente, si tiene rabia, rencor y cree que la vida es injusta, agrede a la mujer o comete el femicidio como mecanismo para explotar”.

Todos los consultados coinciden en que habrá más mujeres asesinadas, si no se modifican las leyes vigentes. (I)

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Los policías activos no se capacitan para disparar

El asesinato de Diana, que estaba embarazada de cuatro meses, a manos de su pareja el sábado pasado en Ibarra, levantó una serie de críticas por la mala actuación policial que no pudo salvarla, a pesar de que la situación duró cerca de 90 minutos.

El general de Policía (r) Fabián Solano de la Sala opinó que lo sucedido en Ibarra evidenció que los policías que acudieron al auxilio no estaban preparados para enfrentar la situación. “Tuvieron muchas fallas, desde lo básico, como acordonar adecuadamente la zona para evitar la presencia de personas que pudieran resultar heridas”.

Solano de la Sala comentó que también se demostró que los policías no están bien entrenados específicamente para disparar. Dijo que la entidad debe implementar los entrenamientos de tiro con simuladores para que los uniformados practiquen. “Un policía es un profesional que debe ser un experto en el uso progresivo de la fuerza”.

Anotó que en este caso no se trataron de las unidades élites de la institución y que debieron acudir al sitio para encargarse de la operación, sino de policías urbanos que no están preparados adecuadamente. “Un superior debió tomar el liderazgo de la situación, pues era necesario disparar en defensa de la víctima”.

El coronel retirado Geovany Guzmán anotó que hay policías en servicio activo que desde que se graduaron “no han vuelto a disparar en 10 años; además, los policías deben pagar por las municiones, así como el mantenimiento del arma de dotación”.

Guzmán señaló que está bien que se haga un control del uso de la munición, pero los obligan a hacer un informe por cada proyectilusado. “En caso de un tiroteo hay que buscar las vainas que se dispararon porque eso se adjunta al parte”.

Recordó que los policías tienen el respaldo de las autoridades, pero no de la ley. “El artículo referido al uso progresivo de la fuerza, cuando muere alguien, no habla de víctimas, sino de personas y la pena es de 10 años”, comentó el oficial retirado. (I)