El Festival de Artes de Loja expone la tradición oral afro

La tradición oral afroesmeraldeña de los arrullos, chigualos y alabaos serán incorporados en la puesta en escena de la obra Antígona In Exilium, que se exhibirá durante la tercera edición del Festival Internacional de Artes Vivas Loja 2018,FIAVL, que se inicia el 15 de noviembre.

Para esta obra, ocho cantoras y dos músicos oriundos de la localidad esmeraldeña de San Lorenzo, se integrarán al elenco del Teatro Cenit a fin de escenificar el espectáculo-epílogo, inspirado en la metáfora del exilio de Sófocles de la filósofa española María Zambrano.

“La propuesta es una lectura y reflexión contemporánea sobre el desplazamiento y el exilio”, indicó el Ministerio de Cultura y Patrimonio.

Grupo esmeraldeño

Originalmente, Antígona In Exilium fue montada con cantoras afrocolombianas y para estas nuevas presentaciones, que se desarrollarán el 17 y 18 de noviembre en el Teatro Bolívar de Loja, la Dirección Artística del FIAVL acordó incorporar a gestoras del legado afrodescendiente del norte del Ecuador.

El grupo esmeraldeño Torbellino estará a cargo de los arrullos. “Es la alegría y el canto tradicional de las comunidades afroecuatorianas. Torbellino lo integran mujeres del cantón San Lorenzo y están trabajando con el grupo colombiano Cenit, que fusiona su propuesta con los cantos tradicionales de las fiestas esmeraldeñas”, explicó Roberto Sánchez, director artístico del festival.

Según la tradición ancestral de los afrodescendientes, los arrullos se cantan la noche del 24 de diciembre para amanecer 25, en honor al Niño Dios; el 16 de julio para la Virgen del Carmen, y están dedicados a las divinidades.

Así lo señala Rosa Wila, afroesmeraldeña de 84 años, experta en estos cánticos y ganadora en 2013 del Concurso de Reconocimiento a Portadoras de Saberes Tradicionales. Así se muestra además el sincretismo religioso del que se alimentan las expresiones artísticas del pueblo afrodescendiente.

Los chigualos, en cambio, son composiciones en verso que se cantan en los ritos fúnebres de los niños, para despedirlos al son de bombos y maracas.

“Se les cantaba chigualos porque los abuelos decían que los angelitos en el cielo los recibían alegres y con música”, explicó Wila, quien heredó esta costumbre ancestral de su madre Juana Valencia.

Los alabaos, que también serán parte de la obra Antígona In Exilium en el Festival de Artes Vivas la próxima semana, son cantos a capela para los muertos mayores. “El alabao sí es cosa triste, es un canto que no lleva ni bombo, ni cununo, no me gusta porque me acuerdo de los muertos”, concluye Wila.

La agrupación Yanantin de la localidad de Quilloac, provincia del Cañar, es otra de las que participará en el Festival de Artes Vivas 2018, con la obra Progresión y fusión del arte cañari: Rompiendo fronteras.

En ella “se presentará la riqueza cultural cañari, en el ámbito musical y escénico. Yanantin se basó en la investigación, producción y difusión de los elementos culturales que caracterizan a los pueblos andinos, en especial al cañari”.

Israel Quindi, integrante del grupo, señaló que sus abuelos le enseñaron sobre la vestimenta tradicional cañari. “El color característico para el hombre era el negro, con su camisa blanca bordada; en cambio a las mujeres les caracteriza las prendas coloridas”, dijo.

El grupo musical, creado en 2010, está conformado además por Juan Carlos Solano, Rafael Solano, Rafael Dután, Marcos Aguayza y Mayu Yupangui.

Según Juan Carlos Solano (guitarrista), la propuesta de Yanantin es “fortalecer la música ancestral cañari al fusionarla con arreglos contemporáneos”.

Las expresiones orales afro incluyen arrullos, décimas, chigualos, alabaos, cuentos y adivinanzas. En total 17 obras nacionales y 12 internacionales se presentarán en los 11 días que durará el Festival de Artes Vivas 2018. (I)