Ancelotti fue traicionado por el jefe de los servicios médicos del Real Madrid

Como quiera que la destitución de Carlo Ancelotti ha resultado aún ser más antipopular de lo que cabía esperar, el Real Madrid ha puesto toda su maquinaria en marcha para justificar la decisión de Florentino Pérez, la cual tampoco gustó nada en el vestuario. Si a esto se le une el hecho de que la llegada de Rafa Benítez no levanta precisamente pasiones entre el madridismo, sino más bien todo lo contrario, esa misma maquinaria trabaja a marchas forzadas para, incluso, intentar desacreditar la labor del técnico italiano. Luego vendrá la segunda fase, la de elogiar el trabajo de ‘laboratorio’ de su sucesor en el banquillo del Bernabéu, aunque cualquiera que esté metido en el fútbol profesional sabe, y así lo comenta al menos en privado, que la metodología de entrenamiento de Ancelotti no tiene nada que envidiar a la de Benítez. Otra cosa es la manera de gestionar el vestuario de uno y otro entrenador, que sí son completamente diferentes, de ahí precisamente el nuevo bandazo de quien manda en el Real Madrid, sólo comparable al dado cuando pasó de Pellegrini a Mourinho.  

Si antes de destituirle, Florentino ya criticaba off the record a Ancelotti, a quien llegó a tildar de vago, la reacción que ha provocado su rescisión de contrato le ha ‘obligado’ a sacar a relucir los presuntos defectos de quien hace poco más de un año era el entrenador que hizo historia al ganar la Décima. Desde una deficiente preparación física a la ausencia de rotaciones, pasando por su inexistente manejo del banquillo durante los partidos y el mal trabajo a balón parado. Pero, ¿qué se esconde tras el cacareado fracaso de Ancelotti después de que su equipo estableciera el récord de 22 partidos sin perder? Pues todo empezó en el Calderón. Tras la sonrojante derrota por 4-0 ante el Atlético, a la que siguió la famosa fiesta de cumpleaños de Cristiano, fue el propio presidente del Real Madrid quien no sólo se quejó del estado físico del equipo, sino que incluso exigió a Ancelotti que subiera la intensidad de los entrenamientos.   

El doctor Olmo, con Khedira

Claro que el verdadero ‘enemigo’ de Ancelotti estaba en Valdebebas. También viste de blanco, aunque no parece llevar el mismo escudo que el resto. El doctor Olmo, jefe de los servicios médicos del Real Madrid, llegó a ocultar al entrenador italiano información sobre el estado físico de sus futbolistas justo en el momento más importante de la temporada. La pregunta es evidente: ¿por qué o, mejor aún, para qué? La respuesta está en la guerra abierta entre el ‘doctor estiramientos’ -como le conocen los jugadores por su manía de atribuir todas las dolencias físicas a la falta de estos ejercicios-, una guerra conocida por Florentino, pero en la que el presidente tomó partido por Olmo, de quien se dice que está en el club por ser familia del directivo Jerónimo Farré, amigo personal del presidente. 

«Quizás es que entrenamos demasiado y lo hemos pagado. Eso hay que estudiarlo bien dentro del club», respondió con su habitual diplomacia Ancelotti cuando le preguntaron por el bajón de juego y, por ende, de resultados de su equipo. Cabe recordar que la plantilla del Real Madrid, respaldada por el cuerpo técnico, pidió a José Ángel Sánchez, director general del club, una reunión en Valdebebas en la que le exigieron no seguir entrenando bajo la supervisión médica del doctor Jesús Olmo. Los jugadores consideraban que tanto sus diagnósticos como sus tratamientos no son los correctos, de ahí la plaga de lesiones que ha sufrido el Real Madrid en la recta final de la temporada y los problemas que ello le causó a Ancelotti.

Sanitas también es víctima del doctor Olmo 

Tras su regreso al Real Madrid, pues también estuvo en el club durante la primera etapa de Florentino Pérez, el doctor Olmo trastocó todo lo que Sanitas tenía organizado. El despido de Pedro Chueca, que llevaba 20 años en un vestuario que confiaba plenamente en él, fue la gota que colmó la paciencia de los jugadores, y especialmente la de un peso pesado como Sergio Ramos, quien pidió al club que les atendiese como subcontratado. Sin embargo, el ‘doctor estiramientos’ no tardó en prohibir contratar los servicios del ilustre recuperador, a quien tampoco se le permitió la entrada en Valdebebas. De hecho, Ramos se perdió la visita de Florentino a Valdebebas, ya que estaba en su casa recibiendo tratamiento de Chueca.

Conocido fue también el caso cuando Olmo no detectó una pequeña rotura fibrilar a Illarramendi en un partido de pretemporada, aunque la lesión nunca se hizo nunca pública, lo que provocó que el centrocampista guipuzcoano retrasara su puesta a punto. Tampoco detectó a Arbeloa una avulsión en la rodilla y ésta se convirtió en una fisura en la rótula. Las continuas sobrecargas de Gareth Bale durante su puesta a punto y las numerosas discrepancias con Cristiano Ronaldo completan la larga lista de desencuentros entre la plantilla y el doctor Olmo, el enemigo que Ancelotti tenía en casa y también vestía de blanco. 

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