1.405 alumnos con una discapacidad rinden test

Orlando Rodríguez nació a los seis meses con falta de oxígeno, lo que generó que durante días estuviera en una incubadora; tiempo después presentó una discapacidad intelectual. Ahora tiene 19 años y cursa el tercer año de bachillerato en el colegio Enrique Gil Gilbert, de Guayaquil.

Durante meses se preparó para aprobar el examen Ser Bachiller, graduarse y estudiar la carrera de mecánico al salir del plantel.

Dijo que lo más complicado fueron las matemáticas y el lenguaje. En esos dominios el adolescente tuvo 16 y 13 aciertos respectivamente.

Orlando confía en que obtendrá el puntaje necesario para conseguir un cupo en el Instituto Tecnológico Simón Bolívar. En esta institución siete personas con discapacidad rindieron la prueba.

Uno de ellos no era estudiante del plantel sino de otro y de años anteriores.

Según el Ministerio de Educación, 1.405 alumnos debían cumplir con el examen.

El rector, Daniel Briones, manifestó que en relación con el año anterior el centro educativo tuvo más alumnos con esta condición. En 2017 hubo solo uno y ahora son cinco.

Asimismo reconoció que la prueba en comparación al año lectivo pasado cambió en el 40%. “Ha mejorado el sistema, ahora las preguntas son más estructuradas”.

Precisó que los tutores del centro desde el inicio del año lectivo 2018-2019 se han preocupado para que los alumnos tengan capacitación, además de buscar cursos particulares para que los preparen.

Johanna Benites, de 17 años, quien tiene una discapacidad psicosocial, aseguró que le resultó fácil el test. “Lo que estudié lo practiqué con los simuladores”.

La joven aspira a entrar a la Escuela Politécnica Superior del Litoral (Espol) y estudiar Comercio Exterior.

Gustavo Coello, de 17 años, quien nació con una discapacidad física (su brazo y mano derecha no puede moverlos), espera el puntaje necesario para entrar a la Universidad y estudiar Derecho. “Quisiera ser abogado y defender a personas inocentes”.

En la unidad educativa Aguirre Abad también se desarrolló el examen para este grupo. Mindy Suárez, de 28 años, lo rendía por segunda vez. Ella tiene una discapacidad de lenguaje.

“A diferencia del otro en este no hubo imágenes sino solo textos”. En hora y media lo resolvió.

Diógenes Vera dijo que estaban convocadas 17 personas con esta condición, pero solo siete asistieron a rendir el test y dos pertenecían al centro. (I)